(Lee la entrega anterior) |
Pero echad un poco la mirada hacia la izquierda. Qué contraste, ¿verdad? Viene a regañadientes obligado por sus padres. Lo suyo es el estudio mondo y lirondo. El chaval no se baja del sobresaliente en cualquier asignatura… menos la gimnasia, donde siempre procura escaquearse. Miradlo bien, si es que lo veis, porque parece un palillo de dientes. No necesitan hacerle radiografías porque se le transparentan todos los órganos vitales. Así que para hacer ganas de comer y para coger músculo y mover el esqueleto, los padres de Pepito el Alambres, como le llaman sus camaradas de instituto, le obligan a acudir todas las tardes al polideportivo y seguir un plan estricto de ejercicios bajo la atenta y planificada mirada de un entrenador personal. Y por si acaso Pepito se salta las normas y quiere hacer novillos, un guardaespaldas no le pierde el ojo ni un minuto. Sobra decir que el Alambres es hijo de una buena y potentada familia, aunque no me digan si es de derechas o de izquierdas, porque todavía no lo he podido averiguar.
- Escrito por Cogollo, publicado a las 14:15 h.
- Protagonistas: (ver la primera entrega)