—[una serie en la suburbe madrileña]—Crónicas (deportivas) de Mospintoles
Éstas son las entregas publicadas en
noviembre de 2011

(Lee la entrega anterior)

Trabajillo le costó a don Faustino que algún responsable de la Policía Municipal le atendiera. Aquello era un trasiego tras otro de agentes pues el día estaba siendo muy ajetreado, como no puede ser menos en una capital turística que en pleno de mes de agosto ve considerablemente aumentada su población y, con ello, los conflictos y las multas.

Procurando reprimir su mal humor, al final el viejo profesor no tuvo más remedio que echar mano de un recurso que todavía en España funciona bastante bien: el de “no sabe usted con quien está hablando”. En vista de que por allí nadie le hacía caso, en cuanto salieron de su boca estas palabras, “soy concejal de Mospintoles y exijo que alguien me atienda”, todo fueron oídos. Le llevaron a un cuarto cercano donde estaba el Inspector-Jefe y allí, entre excusas, pudo exponer su caso. Tras ello, en cuestión de minutos, los teléfonos echaban humo buscando una explicación. Llamadas al depósito, llamadas para localizar a los policías locales que habían dado la orden de retirada del vehículo, llamadas a la Policía Nacional… Tras quince minutos de consultas, el Jefe ya se había enterado del percal.

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