(Lee la entrega anterior) |
Basáñez fingió poner en orden sus tres folios, como si lo necesitara. En realidad estaba dando tiempo a que amainara el conato de cabreo de López.
—Lo cierto es que no tengo mucho material… aún. Sólo he podido averiguar que Piquito lleva un par de semanas revolviendo el vestuario con este tema. Pero más me parece que esté posicionándose para asumir el liderazgo del grupo. Desde el principio me extrañó que nuestro Piquito tomara la iniciativa en algo tan trivial y de tan poca importancia para el devenir del equipo y me he tomado la libertad de indagar algo más allá… Lo que he averiguado está aún sin confirmar al ciento por ciento, pero parece que el chaval ha estado siendo aleccionado por un profesor que le daba clases privadas dos veces por semana sin cobrarle nada a cambio. Un profesor que podrÃamos definir como “rara avis in terrisâ€.
—¿Y conocemos el nombre de tan ilustre personaje? –quiso saber don Rosendo.
—Mi informante me dice que atiende por don Faustino.
—¡Coño, el Faustino de los cojones! –don Rosendo no pudo evitar el exabrupto ni la palabrota.
- Escrito por Mirliton, publicado a las 11:33 h.
- Protagonistas: (ver la primera entrega)