(Lee la entrega anterior) |
El chalé de don Anselmo Reina se encuentra a las afueras de Mospintoles, en una de las dos zonas residenciales de la ciudad. Viéndole moverse por el salón nadie diría que acaba de cumplir 75 años. Por fin cesa su hiperactividad y se sienta al lado de su invitado, un hombre de mediana estatura, escaso pelo y abundantes carnes.
—¡Cómo le envidio, don Anselmo! Si a su edad se mueve como si fuera un chaval de quince años… Yo, en cambio, con este tonelaje…
—Es usted un exagerado, don Rosendo… Desde que lo conozco, hace ya tantos años que ni me acuerdo, siempre ha estado así de rellenito…
—Como una aceituna… Sólo me falta la anchoa…
—La buena vida que se dan ustedes, los curas… Pocas preocupaciones, sueldo asegurado, aunque escaso… Siempre le he envidiado…
—El abogado más prestigioso de Mospintoles envidiándome… ¡El mundo al revés!
- Escrito por Cogollo, publicado a las 11:30 h.
- Protagonistas: (ver la primera entrega)