(Lee la entrega anterior) |
—Llegó la revolución tecnológica, en la que aún continuamos subidos y sumidos —nuevamente el chiste sólo lo entendió él, ahora que volvía a elevar la voz no sin esfuerzo—, pero también llegaron otros males a consecuencia de un desmedido consumismo, un afán por gastar dinero y obtener cosas que no hacían falta pero hacían la vida un poquito más afable, aún a costa de endeudarse. Este afán de atesorar objetos… o dinero, que al fin y al cabo no es más que otro objeto, no sólo se instauró en las personas, sino también en los gobiernos y en los gobernantes, aún a costa de esquilmar el tesoro público, dinero indefenso propiedad de todos los ciudadanos. Muchos políticos dijeron hacer obras de caridad, acciones solidarias y filantrópicas llevadas a cabo con dinero ajeno. Pero, muchachos, los actos altruistas han de hacerse en silencio, sin bombo ni platillos, y con el dinero propio.
Don Faustino guardó unos segundos de silencio como para coger el hilo del monólogo que se le iba.
- Escrito por Mirliton, publicado a las 11:30 h.
- Protagonistas: (ver la primera entrega)